lunes, 24 de febrero de 2014

Intento al Aspe desde Aisa

El día era perfecto: la meteo estable tras días de mal tiempo, la nieve abundante y con bajo riesgo de aludes. Y todo en domingo. Así que Juanote y yo nos fuimos para el Aspe. Sorpresa esperable. La pista llena de coches: multitud de esquiadores, alpinistas y andarines; todos dispuestos para disfrutar. Así que partimos desde el puente del barranco de Bozarruego, antes del desvío a las bordas de Castiello. Al llegar al plano del refugio de Saleras y entre el múltiple numero de personas que subimos nos cruzamos con una persona que desciende. Al cruzarnos y saludarle me doy cuenta que lleva sangre por la cara y las manos: le pregunto y me dice que se ha caído, que va solo y que intenta bajar a su coche pero no puede mover el brazo y le duele al respirar. Además tiene miedo a resbalar en la zona umbría de la pista. Le hecho un vistazo y se aprecia una luxación del hombro izdo y contusión costal. Así que me quedo con él mientras Juanote va pista abajo hasta encontrar cobertura para avisar al 112 y 062. Por suerte no tiene lesión cerebral a pesar de llevar múltiples contusiones craneales y faciales. Con paciencia y vigilando su estado nos quedamos con él hasta que unas dos horas después del encuentro aparece el helicoptero y lo evacuan hacia el hospital de Jaca. Para entonces el calor en la cara sur empieza a ser intenso y la nieve se pasa de transformada. Cuando llegamos al embudo son mas de la una -hora en la que confiabamos estar por la cima- y la estabilidad de la nieve para ascender es mala. Decidimos acercarnos hacia el collado del aspe hasta una zona cercana a los 2.000 m, donde en unas rocas almorzamos y nos cambiamos para el descenso que resulta disfrutón. Luego le acercamos el coche hasta el pueblo de Aisa, donde nuestro accidentado tiene una casa y dejamos las llaves en el refugio, que ya estaban al tanto. El Aspe con esquís nos espera para otra ocasión.
Así que los planes deben ser flexibles. En la montaña como en la vida las cosas no siempre son lo que parecen. A veces esperas días malos y se convierten en maravillosos, y a veces los que esperas que sean buenos aún mejoran mas aunque tu objetivo cambie. Es lo que siempre hay que esperar. Saludos Carlos Ara.
 Preciosa imágen del Aspe desde la pista.
 Juanote al inicio.
 Evacuación: fácil y sin complicaciones.
 Juanote con el valle de Aisa al fondo.
Juanote y Carlos con el macizo de Bernera al fondo.-

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