viernes, 4 de diciembre de 2015

Maestrail 2015.


GUERREANDO POR EL MAESTRAZGO

Aquí estamos de nuevo paro rellenar un pequeño hueco en el blog e intentar hacer  seguir soñando a todos los perdidos de montes. Si, si, esos que dicen que siempre andamos por las nubes.
Después de no poder acudir a uno de mis grandes retos (Vuelta al Aneto) por problemas familiares, retomé el planning y marqué el 25 de Octubre como el sustituto. Buf, por poco se va también al traste pero haciendo encaje de bolillos, mi mujer y yo nos montábamos en el “haiga” con una hora de retraso sobre el horario previsto.  Ahí marchábamos rumbo a esa tierra, que Pio Baroja describía como un país de guerrilleros,  aislado de todo y con un paisaje espectacular y que es  un edén para cualquier geólogo.
Ya entrados en la tarde noche y después de 180 Km.,  a la salida de un túnel, aparece Castellote, nuestro destino. Recogida de dorsal, hotelito, y tripada de cena (yo), que luego se junta  con los nervios de la carrera y no pegas ojo.
Llegó el día H, “por supuesto el reloj  no tocó”, desayuno suave, W.C. y por fin dejé a mi mujer tranquila. A las 6.30 H ya sonaba la música y levantaba al pueblo.  Ala, a hacer honor a esta tierra de guerrilleros.  A estos de hoy nos habían preparado 62, Km., luego estaban los de la maratón, media y ruta senderista. La participación no fue muy alta 150 en total y la mas pobre la de la ultra, 24.
Aunque ya no me obsesiono con lo de controlar a mis rivales, sí me descolocó un poco el que saliéramos ultra y maratón juntos, cuando no estaba previsto. Bueno, bueno había que ir a la faena, 7.30 h. Ta,ta,ta chan, “El Cuete”, linternica y al monte con las cabras, vacas y demás fauna de la zona.  Pa empezar cuesta arriba dirección a la Sierra de la Tablada, charradicas con los compañeros y a disfrutar del espectacular amanecer. a.m. 12 Alto de San Juan con el pantano de Santolea y las crestas y estrechos con numerosos pliegues rocosos, (guapo) pero solo los vemos con el rabillo del ojo ya que casi todo el camino es muy pedregoso, y los del imserso tenemos que llevar más cuidadico con las caídas
Pasamos por Torres de Mercader y más tarde entramos en Ladruñan por una puerta que nos devuelve a la Edad Media. Con la mirada de las vacas iniciamos la subida al alto de la Laguna, (desconozco si el nombre es por mi apellido o en honor a algún antepasado mío) je, je, je.  En fin nuevo sofocón y al fondo ya se divisaba Cuevas de Cañart. Primer despiste 500 metros extras, me vuelve a pasar un corredor de Alcañiz con raíces en Villarroya de la Sierra (como yo) y que me dijo, los de Villarroya somos gente dura. Respuesta (después de cabecear) o estamos  en otro planeta.
Palante de nuevo, paso por el Salto de San Juan y las tumbas antropomorfas (cada uno hicimos nuestras plegarias, según creencia, aunque no se sabe si por los muertos o los que lo estábamos medio.
 Km. 29,  llegó la separación de carreras y con ella la soledad mas completa por yermos con sendas imaginarias llenas de piedras y que dificultaban el poder correr o trotear, pero bueno a esto habamos venido. Siguiente punto esperado, la zona de la reala de perros que nos iban a amenizar el paso, sí estaban las casetas, pero ni rastro de animales . Las señales también había que buscarlas con lupa. Segundo despiste 1000 mts. Mas. Desando el camino y encuentro una pequeña cinta, a seguir dirección  Molinos, al paso por la carretera me dicen que van delante 16 pero que 3 o 4 listas ya han llegado a Molinos sin hacer el circuito marcado, que vamos a hacer, no me quiero sofocar más que bastante ya voy.
Plaza Mayor de Molinos, fuerte aplauso de los vermuteros, (se agradece mucho(. Ala, palante, a escalar a una cresta de 2 Km., menos mal que llevaba preparada la barra de funambulista.  Prueba superada.  Las piernas y  cabeza ya daban síntomas de flaqueza pero con las llamadas de mi mujer y el abrazo con un viejo conocido bicicletero que estaba en un puesto, volvían a recuperarse y  subir la moral.
 Km. 52 al fondo diviso Seno, pero primero tendré que pasar por un núcleo de casas y pajares llamado París, ¿Paris aquí? en medio de la nada. Bueno, bueno que ya estaba en Seno y solo me quedaban 10 km. Tira parriba  Cruza la carretera y sigues tirando parriba y al llegar a la cima, veras Castellote (me dijo un voluntario), cima conseguida después de otro sofocón, pero de Castellote nada, senda pabajo y al final se divisa el Castillo.  Chupaó, pero según me aproximaba no veía la subida por ningún lado. Seguro que la habría y el enemigo quería jugar sus últimas cartas para doblegarme, sirgas-pasamanos y  las llamadas clavijas (creo) eran el paso obligado para conseguir mi meta (entorno de película).  18. H y en la cumbre.  Me sentía como el rey de los guerrilleros con Castellote a mis pies, habiendo ganado mi propia batalla.  Casi rodando bajé por la senda empedrada hasta la meta en la que pacientemente me esperaba mi mujer, alguna persona suelta y los de la organización que me entregaron el trofeo al menos joven de la prueba.
 Por fin después de 10 h 46 minutos, 63 Km. por terrenos difíciles de correr y 2800 metros positivos terminó mi incursión guerrillera por tierras del Maestrazgo.






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